En cuestión de interiores la luz lo es todo. El manejo adecuado de ella es determinante para la percepción de los espacios y las emociones de quiénes los habitan. Existen diferentes tipos de iluminación y a continuación te mostramos cómo puedes usar cada uno de ellos para lograr los mejores resultados y transformar por completo tus interiores.

Luz solar

Este tipo de iluminación es definitivamente el ideal, por lo cual debes de aprovecharlo siempre que puedas. Al tratarse de una fuente natural de energía, posee grandes ventajas respecto a las generadas por el hombre. Si hablamos de impacto ambiental, por ejemplo, nos ayuda a reducir el consumo de electricidad, y al mismo tiempo, genera menos calor que la luz artificial y produce radiaciones menos dañinas. Por otra parte, su uso representa también grandes beneficios para la salud, ya que, según estudios, la luz natural ayuda en la regulación de los ritmos biológicos internos, aumenta la productividad y la capacidad de aprendizaje, y afecta de forma positiva en el estado psicológico de las personas. Finalmente, en el apartado estético, la iluminación solar contribuye a una mejor percepción de nuestros interiores, pues es la que mejor se adapta a los ojos, permitiendo apreciar una gama de colores más amplia y mayor tridimensionalidad en los objetos. Importante mencionar que la utilización de este recurso debe ser muy bien calculada e ir siempre en función de los factores físicos del entorno, de otra forma, podemos crear deslumbramientos o exceso de calor.  Tomando esto en cuenta y usando de forma adecuada elementos como ventanas, domos y celosías, la luz natural sin dudas impactará de forma positiva tu inmueble.

Luz general

Es la fuente de luz artificial por excelencia, pues es necesaria en cada una de las habitaciones del hogar. Se coloca normalmente en techos y plafones y es capaz de alumbrar en su totalidad la habitación donde se instale, ya que genera luminosidad uniforme y homogénea. Dependiendo del efecto que pretendas conseguir, puedes variar su intensidad y temperatura, así como su ubicación, que puede ser fija o colgante. Esta será la fuente principal de luz, una vez que la iluminación solar ya no esté disponible, por lo cuál te recomendamos darle la importancia necesaria en el diseño lumínico de tu espacio.

Luz indirecta

Este tipo de iluminación se genera a partir del reflejo, de forma que no se aprecia directamente el haz de luz. Más que para iluminar, funciona para crear ambientes, o para resaltar ciertos elementos arquitectónicos. Su uso más común es en plafones, pero también puedes colocarla en muros, escalones, muebles, etc.  Esto te permitirá dar una profundidad distinta y dispersar brillos y sombras, dando ligereza al ambiente y provocando una sensación de tranquilidad. 

Iluminación decorativa

Para esta clasificación, aunque pareciera contradictorio, iluminar, en el sentido funcional, no es lo más importante. Y es que este tipo de luminarias son de intensidades suaves que no producen deslumbramientos ni sombras marcadas, adoptando una función más bien ornamental. Puedes utilizarla prácticamente en cualquier espacio, incorporando distintos tipos de lámparas, asegurándose de que sus formas y tipos de luz se adecuen al diseño de la habitación.

Iluminación puntual

A diferencia de la luz decorativa, la puntual o focalizada busca cumplir una necesidad antes que funcionar como elemento estético. Mediante su uso se puede propiciar una mejor visión en áreas determinadas para optimizar el desarrollo de ciertas actividades, en combinación con otros tipos de iluminación. Por ejemplo, en la estancia puedes sumar a la luz general una lámpara de mesa o un spot de luz que te servirán al momento de leer, o quizás en el baño, una fuente de iluminación puntual te sea de mucha utilidad al maquillarse o afeitarse. La luz puntual debe ser intensa para cumplir su cometido, pues debe iluminar de forma clara el espacio a donde se apunte. 

Recuerda que estos tipos de iluminación trabajan juntos entre sí y deben estar bien planificados y aplicados de forma adecuada para poder conseguir espacios realmente únicos, tanto estética como funcionalmente.

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